EL PUEBLO Y TERRITORIO
PERUANO NO REDIMIDO
Nuestras ciudadanías
son las que nos obligan en el día del Fallo de la Haya. Hoy no hay nada mejor
para hablar, que hablar de la Nación, de la Patria y de la Matria.
No para exaltar los
miedos desprevenidos, que hoy culpan a los demás de todo cuanto sea
posible_todos los temas convergiendo en uno sólo, ni tampoco para exclusivamente
defender la legitimidad de los sentimientos hacia una tierra, a la sociedad
originaria ó al país republicano con misión, constitución ó pacto_
Sí para usar justamente
la razón y la racionalidad de los sentidos, significantes y significados de la
pertenencia y de la identidad a una patria, así como sí para declarar la
necesidad irrefrenable de las expresiones de profunda esperanza que a nuestro
país se le devuelva en el derecho lo que en los hechos ha sido y será deber del
estado, preocupación de la nación y justicia postergada para su ciudadanía, no
sólo la restitución del mar completo, sino también la devolución de la tierra
invadida y ocupada por la extorsión de fuerza opresiva y subsecuente derrota
militar.
Es decir, tenemos
patria y nación para que se defienda a favor de la razón y contra la fuerza de
una sin razón.
A eso nos plegamos como
peruanos por mas de una centuria. Los chilenos se alimentaron de nuestra
desidia. De “nuestras independencias”. Pasamos por todas las fórmulas, y
tenemos el pais que tenemos gracias a las luchas de héroes ó de villanos, que
gracias a que lo fueron tanto, se instaló y llegó para quedarse la lucha imposible
de derribar la opresión, la del
descubrimiento, la de la propia conquista, la de la colonia y la de la de las
últimas guerras externas sufridas sin mencionar las internas llamadas cerca de
300 conflictos sociales.
La salud mental ó
nuestra memoria nos dicta el hecho de que a pesar de estar apoyados en las
regulaciones de derecho internacional, ningún funcionario, jurista ó
especialista haya solicitado ó recurrido a la recuperación de nuestro
territorio secuestrado por Chile hasta ahora. Ya transcurrieron 125 años. Es
justo que cantemos victoria por la primera de las recuperaciones, parte del Mar
de Grau. Sin necesidad de fuerza, jaleo, quejido, disimulo, entuerto ó silencio
cómplice, decimos que vamos por más. Si
éste es el comienzo de lo que es una demanda internacional, debemos encaminar
ya la senda de la recuperación de la tierra. No mas seremos los difíciles,
complejos ó cuestionados solicitando algo raro, injusto, anacrónico, anodino,
pues cabe la razón y la fuerza de la racionalidad jurídica el obtener de
regreso a Arica y Tarapacá.
Estas son tierras
legítimamente peruanas, legalmente no reconocidas. Es decir, son tierras
peruanas a las que les falta la legalidad de la sentencia de la jurisprudencia
internacional. Son territorios irredentos. No reconocidos como propios. Aún. Nosotros
las diásporas, las que no vivimos en Chile, somos las comunidades mas cercanas
a la sociedad patriótica irredenta que causa estado en su petición de la tierra
peruana para los peruanos. Sin
ambiciones económicas, pero sí morales y éticas, con razones históricas y
culturales, Arica y Tarapacá son nuestras, y ello no va a cambiar hasta que la
justicia dictamine y restituya nuestro derecho real nuevamente. Porque completos fuimos y completos nos
queremos.
Si este 27 de Enero lo celebramos
como día nacional, como una victoria, es de esperar se constituya el otro caso.
La viabilidad del recurso para el mas alto tribunal de justicia en la tierra,
se activa y se dispara. Se ha de buscar la remisión de la voluntad chilena que alcanzó
dominio por la fuerza, en un cerrar de ojos, al convertirse en fuerza de
ocupación. Es hora cumplida para remitir y saldar estas cuentas históricas.
Podrán salir
sentimentalistas que no aceptan los modales directos y francos, pues el halago permanente
ó diplomacia mutua por la hospitalidad chilena_no es reflejo directo ni garantía
suficiente que convertirá a las generaciones invasoras para convertirse en justos y magnánimos. El derecho
real es nuestro. El falso derecho es el de ellos. De un patriota a otro, se
podrá dialogar. Todos sabemos cuanto sudor ha dejado nuestro pueblo en Chile,
cuando menos desde diez años antes de la Guerra con Chile, después de que Chile
también invadiera a Bolivia y cobrara estratégicamente por el pacto de
neutralidad peruana.
La geopolítica de hoy
ha develado y confirmado que continúa la mentalidad hegemónica de la nación
chilena, afortunada ella de tener un litoral lo suficientemente despoblado a lo
largo de la costa chilena, para ocupar y poblar por otros 125 años, sus
territorios domésticos y no los nuestros. Los conflictos internacionales estan
para resolverse con las leyes en la mano y con argumentos claros. La técnica
jurídica la podemos reconsiderar como herramienta para la voluntad política de
nosotros los que queremos a nuestra patria intocada, inmanente en su naturaleza
histórica, geográfica, política, militar, civil y que desde nuestra visión ciudadana
ahora, es causa defendible. Es tierra de la ciudadanía peruana y no de la ciudadanía
chilena. Es tierra defendible desde el
mismo 27 de Enero, una vez superadas las acciones responsables de la sociedad
contemporánea chilena, hacia su trascendencia histórica.
La legalidad y la
legitimidad no son aliadas. La legitimidad de los hechos, es inmanente, esta en
el centro de la esencia de la verdad, anterior a la legalidad. Por la presencia
de un estado-nación, nace un marco de ley, que hace reconocible la justa ley realizada
en tinta, y hace de la justicia una práctica para fincar los límites de lo que
esa sociedad acepta o no como permisible, en una sola regla para todos. Un
acuerdo ó pacto nacional. Las naciones salieron de cierto estado de barbarie ó de
sometimiento con las autonomías de deliberación, pacto y autodeterminación para
fundar su estado nación. Los ciudadanos entonces no serán más parte activa de
un sistema de sometimientos. La
legalidad se alcanza por el derecho, de acuerdo a la norma.
Algunas ideosincracias
de los pueblos avalan sus carencias con ambiciones desmedidas, fagocitantes,
deglutinadoras de otras verdades, para inflar su falsa seguridad. Sirve a los
medios, sirve a un pueblo ávido de ensoñaciones. El pueblo confunde la
legitimidad con la legalidad. Y sí se puede ofender si por economía, lo
legítimo se reduce a oportunidad vencida. Como en el caso de Chile. Arica y
Tarapacá pueden considerarse como luchas anacrónicas, como posibilidades
remotas, pero no para la legalidad. Allí
esta el espacio disponible para los juristas, técnicos y para los resistentes
nacionalistas que tanto adoran la justicia de degollar a los infames
gobernantes nuestros, pero para que tomen todas las cartas sobre la mesa y no
hagan del pueblo una masa deforme inmerecida. Y esa es la desgracia y la
pobreza, seguimos sin dar el paso adelante sujetos a nuestras propias
medianías. Quien nos impide luchar por las demandas históricas? El derecho lo
tenemos y la jurisprudencia internacional nos lo permite. Tiene la palabra los
patriotas técnicos, los historiadores, los guardianes de la memoria, los
indignados y los defensores irredentos.
Tenemos la palabra nosotros. Los no redimidos, pueblo y territorio.
Ciudad de México,
Sábado 25 de Enero, 11 a.m.
Carmen Haydeé Matos
NOTA
LAS MATRIAS HAN SERVIDO
PARA CONSTRUIR O RECONSTRUIR UN IMAGINARIO DE LA TIERRA O EL ESPACIO INTIMO
PERO NUEVO QUE NOS ACOJE. LAS DIASPORAS, UNAS MENOS PROTEGIDAS QUE OTRAS, A
VECES HAN SERVIDO PARA TRASCENDER HEROICAMENTE, OTRAS PARA REDUCIRNOS A MEROS
FAGOCITANTES, Y DEGLUTINADORES DE ECONOMIAS AJENAS. UNAS MATRIAS MERECIDAS Y
OTRAS NO. UNAS PATRIAS CORRESPONDIDAS Y OTRAS NO.
TENER PATRIA ES
DIFERENTE A TENER MATRIA:
En este caso, y antes de abordar las
responsabilidades de la ciudadanía nacional, es una reflexión adicional,
comprender a la diáspora peruana en Chile. Entender cuanto difícil es pasar el
rasero para decir esto sí ó esto no es políticamente correcto hacer, decir,
expresar, comentar, si vivimos allí. Estamos con ellos, con su discurso suave,
incómodo a veces y forzado también. Pero
nuestro compromiso es decir la verdad. Hasta allí llega nuestra ciudadanía. Es
decir, hacernos responsables de nuestros propios compromisos ciudadanos
nacionales, sin medias tintas, completos. Problematizar a la nación que nos
hospeda, sin confrontar, es difícil. Siempre será difícil ganarse hasta el
mérito de vivir en un país tan afortunado como Chile. Los muchos de nuestros
compatriotas….hasta caminando han llegado a la solidaridad y generosidad del
pueblo. Más si esa nación nos ofrece un espacio mejor que la vida práctica que
el país nuestro ofrece. O la vida política, ó la vida social, ó la vida
académica, ó la vida del trabajo. Estoy implicando obviamente a los refugiados,
autoexiliados, estudiantes, ó sencillos trabajadores en busca del pan. En este
momento no hablo de los empresarios, pues conociendo de los refugios chilenos
en México, nos queda claro que los estados se inscriben en las protecciones y
salvaguardas de personas en busca de seguridad humana. Aquí ya sólo quedan los
que no pueden ó no quieren emprender nuevos rumbos, hicieron familia ó estan
perfectamente imbrincados en la vida económica y social y han de morirse aquí,
al haber hecho no la patria, sino la matria…una nueva patria. Los chilenos
chilenos ya estan en casa.
Los peruanos haciendo matria en
Chile, no podrán replicar el discurso que tenemos las otras diásporas. Así los
peruanos viviendo en Chile estaran condicionados en sus lenguajes y manifestaciones
respecto a la nación chilena, estos días, hasta que puedan ellos volver y
retornar al Perú. Los chilenos hoy retornados allá nunca se pusieron fáciles
para exigir políticamente algo que interfiriera en su estancia en México
tampoco. A nuestros peruanos en Chile, amarrar navajas sólo le funciona al
belicoso. Y no hay necesidad. Algunos locales chilenos estan dispuestos a
probarles sus equívocos, a obligar por supuestas razones erróneas de
responsabilidad peruana, como las que
dijera un connacional, a raíz de la estúpida inamistad del pueblo chileno y
peruano….ó de la necedad peruana de pedir sus territorios: “eso fue lo que enseñaron allá”. Razones
sesgadas, elusivas, irresponsables, pues la culpa no la tienen la educación de
los pueblos, la tiene la falta de veracidad é irresponsabilidad civil. La
dignidad peruana escasa.
El prócer cubano Martí, otro
indignado de principios del 1900, hablaba ya de la matria. Hasta Isabel Allende
últimamente la mencionaba. De esa dificultad a bendición que implicaba
pertenecer a una diáspora, ó a una disidencia de tu país, ó activista contra tu
propio gobierno, ú orgánico dependiente del segundo país, ó el peor de todos
los casos, el de volverte oposición de tu patria y de tu matria. Confundidos por
gratitud, por amor, por amistad, por lazos de sangre, no podemos excusarnos. La
matria se construye y se adapta a uno, a medida. No es la misma patria. La
patria propia se vive, la patria no se discute. La patria se exhibe. No se
oculta. La patria se defiende. La patria no se vende.
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