viernes, 25 de marzo de 2011

MENSAJE DOCE ORGANISMO CONSTITUCIONALMENTE AUTONOMO


MENSAJE DOCE
Corte al Jueves 17 de Marzo:
Mensaje 12:
ORGANISMO CONSTITUCIONALMENTE AUTONOMO Y LAS FIGURAS ALTERNAS: OMBUDSMAN, COMISIONADO, CONTRALOR CIUDADANO, CONSUL EXTRAIDO DE LA COMUNIDAD

     POR UN GOBIERNO AUTENTICO DE LA EMIGRACION PERUANA
          POR UN VOTO RACIONAL ELECTORAL DE LA COMUNIDAD PERUANA DEL EXTERIOR


PARTE I
LA META: ORGANISMO CONSTITUCIONALMENTE AUTONOMO:
 El objeto del reconocimiento de una división político territorial toma cuerpo en la figura de la representación territorial instituida en una división política territorial nacional incrementada y en un organismo constitucionalmente autónomo, mismo que intermediará con las instancias gubernamentales y las propias comunidades, para establecer agenda acordada y pública donde se marcará el sentido y la voluntad de la buscada lealtad a la comunidad misma.

Las figuras siguientes se esbozan derivadas de esta visión:
Ombudsman del Migrante Peruano, que recomiende acciones específicas de defensa de los derechos humanos, sociales, culturales y económicos de los ciudadanos del exterior. Uno por cada país. Remitirá su mediación en la resolución de conflictos al Organismo Constitucional Autónomo (OCA). Podrá representar al OCA.
Ombudsman de la Comunidad Emigrada, Todo conjunto de organizaciones de individuos o de grupos, debe protegerse con una persona proba, capaz é interesada en recomendar ´las enmiendas de actos violatorios comprobables en la comunidad, en la política nacional y en la local. Podrá ser el primer contacto, interlocutor válido y ayuda veraz necesaria para consulta de la actividad de las misiones consular y diplomática. Deberá ser residente de toda legalidad y de mas de diez años en dicha localidad. Es el Ombudsman Local del Migrante Peruano. Se asigna desde el OCA, una vez recabada la opinión general.
Comisionado Técnico del Migrante. La figura de un técnico ó especialista, que se allegue de los estudios de respaldo, de las cifras y conceptos que argumenten los proyectos necesarios para cada comunidad. Uno por localidad (puede recaer en el titular de alguna asociación) y un Comisionado Técnico  por país, para reportarse con un Unico Comisionado General del OCA. Lo asigna el OCA.
Contralor Ciudadano. Esta figura puede enriquecer la participación responsable de la ciudadanía del exterior. Especialmente ayudará en la rendición de cuentas y transparencia de las asociaciones peruanas. Se asigna desde el OCA
Cónsul Ciudadano Elegido desde la Comunidad. Esta figura comunitaria paralela a la estructura de representación desde la cancillería oficial, es la figura representante de la votación democrática de la comunidad íntegra de cada país. Es el representante que administra el proyecto social de la comunidad y la agenda prioritaria. Se afimará su capacidad como postulante para ser reconocido desde la oficialidad pública, como Cónsul General adscrito al Servicio Público de Cancillería. Lo podrá sustituir previa preparación correspondiente.
Parte II
Constitución del Organismo:
La Constitución de un OCA que integre la voz de los legítimos actores inmigrantes peruanos en los paises destino de la emigración peruana, se requiere con reconocimiento gubernamental del propio organismo, como la única vía inicial para lograr la acreditación constitucional que merece la numerosa poblacion flotante que se niega a renunciar a su nacionalidad y que debe ser reconocida de pleno, como fuerza política, social y económica, un auténtico capital de la nación peruana en el exterior.
Esta fuerza de las comunidades del exterior requiere de un trato jurídico determinado para su inclusión con derechos políticos propios y plenos, sin discriminación alguna, ni en cuantía ni en el valor per se. Para tres y medio millones de peruanos con identidad jurídica, se requiere el número de representaciones políticas proporcionales en cada localidad en el extranjero, así como en las regiones y localidades del territorio nacional, derivadas de la participación comprometida de las comunidades del exterior. Es decir, que se aplique el mismo derecho regulado en la politica interna para los cargos públicos de representacion, en los propios poderes públicos, en lo que a la competencia electoral, ejercicio y gestión pública, presupuesto y funcionalidad ó servicio público que se derive.
Para la representación funcional del conglomerado de comunidades en el extranjero, se requiere de una organización constitucionalmente autónoma (OCA) y de participación social ciudadanizada, que represente, provea y ejerza servicio público, gobierno, garantías y poderes homólogos a cualquier otro departamento ó region nacional. Se requiere el proceso legislativo para hacer los cambios correspondientes en dicho reconocimiento, del migrante peruano como sujeto jurídico y del OCA.
El OCA tendrá un cargo al erario público y administrará los beneficios de un fondo de la productividad de las remesas que cada país envía a la nación, creando el canal para los envíos y la distribución de estos beneficios en las propias comunidades y sus proyectos sociales avalados por el OCA.
Los arreglos constitucionales para el ejercicio pleno de la ciudadanía son materia de primer orden  para ser validados a nivel internacional de modo competente, por lo que se sugiere las modificaciones en la ideología de trasfondo  para llegar a configurar el organismo multicitado.
Parte III
Arquitectura del Proyecto Social de la Comunidad
La autodeterminación de las comunidades autonómicas y el inicio concertado de sus planes y trabajos, se conformaran y estructuraran, siempre que sea proveido un sistema de ejes conceptuales a continuidad enlistados. Las propias regulaciones que se generen no violaran el espíritu democrático y la cultura de la consulta y de la denuncia como responsabilidad social, al interno de su comunidad, así como al exterior, especialmente cuando referido a un estado que no debe ser juez y parte a la vez, sino respetuoso de la conciencia soberana de su población.
La arquitectura de la comunidad pasa por visualizar y transmitir la clase de proyecto social que quiere. Las sedes locales son las Embajadas Socio-Culturales,  sedes donde la dinámica comunitaria se representa viva é interactuante, úna figura de representación ciudadana debidamente reconocida desde el organismo constitucionalmente autónomo (OCA). Administrará la materia de organización cultural comunitaria y adoptará los programas sociales específicos que definan necesarios y factibles. 
Generalizando sobre sus ejes conceptuales básicos, se debe optar por el sentido de organicidad de sus sistemas de operatividad y funcionalidades, como referencias:
(1)  Sistema de Información:
Proyectos Unitarios Ejecutivos a Detalle
Programa de Transparencia Ciudadana
Protocolo de Evaluación de Programas y Actividades
Presupuestos y actividades dirigidas a la autogestion del organismo
Agenda Interna, Comunitaria, Gubernamental y Exterior
Calendarización de Prioridades
Rendición de Cuentas Periódica y Permanente

(2)  Sistema de Comunicación:
Trabajo Intercomunitario
Reportes Paises Miembros
Redes en Construcción
Programa Enlaces

(3)  Sistemas de Participación:
Grupos, Asociaciones y Ciudadanías
Acuerdos Gubernamentales
Convenios Interinstitucionales

(4)  Sistemas de Representación:
Registros o Padrones
Candidaturas Internas y Externas
Plenarios, Consejos, Comisiones
Votaciones
Elecciones
Parte IV
Formulación de la Ley Orgánica
Dicho organismo debe estar regulado bajo la ley orgánica (hoy inexistente) que comprenda los temas centrales de la emigración peruana.  Estos los tenemos comprendidos en una propuesta ciudadana en vías de dictaminación especializada (Colegio de Abogados del Perú- Ago 27 del 2010) para configurar el marco jurídico posible y contexto real necesario.
Temas relevantes en la Iniciativa de XX Puntos (presentada en el Congreso como Memorial para un Proyecto de Ley de los Peruanos en el Exterior, el 27 de Agosto del 2010- véase en el www.peruallianceblogspot.com ):
1.    Sobre la inalienabilidad ciudadana por identidad de la transmigración
2.    Sobre la autonomía de las comunidades
3.    Sobre la capacidad autonómica de organización y de sustentación de sus comunidades
4.    De las estructuras orgánicas de las comunidades
5.    De los registros propios de la comunidad
6.    De la representación y proporcionalidad política de comunidades locales y de la representación general de las comunidades del exterior en su totalidad
7.    De la garantía del servicio público y de la distribución de beneficios de la productividad
8.    De la intervención y presencia de las comunidades del exterior en la transversalidad de los poderes públicos independiente de la conformación del órgano constitucionalmente autónomo de los PEX
9.    De la reserva y preparación de los peruanos del exterior en asuntos públicos por parte de su órgano representativo autónomo
10. De los sistemas de información, comunicación y participación en las embajadas culturales que son las comunidades del exterior
11. Del servicio social de representación de PEX para el  gobierno de las comunidades
12. De la independencia y capacidad de aportaciones económicas de las comunidades
13. De la insustituibilidad de las asociaciones de servicio ciudadano como parte del organismo autónomo y su interlocución legítima en las materias de interés
14. De la solvencia del organismo autónomo
15. Del ejercicio de votar y ser votados de las comunidades
16. De la convergencia de proyectos para las productividades nacionales y comunitarias
17. De los fondos del trabajador migrante hacia sus demandas
18. Del voto del peruano como extranjero en su residencia en el exterior
19. Del trabajo del cambio de mentalidades para dar e implementar servicios
20. De favorecer la transculturización peruana en el exterior
Recuérdese que la primera generación del proyecto social de las comunidades requiere una transformación de la defensa de las ciudadanías y de sus autonomías en el exterior, ligadas al organismo constitucionalmente autónomo.
La incorporación de la perspectiva de equidad, legalidad y legitimidad, en el diseño é implementación de las leyes y las políticas públicas que afectan a la naturaleza y materia de las comunidades de peruanos en el exterior, es necesaria para la protección del derecho a la integridad y al acceso a su derecho y ejercicio ciudadano de la emigración peruana.

Parte V
Agendas de Primera Generación
Prioritarias:
1.De Justicia para las Comunidades del Exterior: Estan pendientes en nuestra agenda de justicia los temas de:
(1) la protección de nuestras ciudadanías como extranjeras y como nacionales con repercusiones internacionales,
(2) la legalidad y legitimidad de nuestras personalidades migrantes comunes como metas y luchas de orden público y privado
2.De Proyecto Social: Con la voluntad, la esperanza y el afecto por estas causas que son humanitarias para la población con barrera social que somos, es que declaramos entender los derechos y la necesidad de defensa conjunta de los mismos por parte de grupos cuya suma de identidades de los pueblos originarios, son indistintos como criollos, mestizos, quechuas, amazónicos, aymaraes, moches, virúes, huancavilcas, etc, así como indistintos continentalmente serían los gauchos, kickapoos, guaraníes, seris y demás universo, con sus idiomas, con sus vivencias y con las visiones integradoras de las diversas patrias prehispánicas o nó, cohabitantes de la américa continental.
3.De Conciencia Social-Política: En vista de que muchos científicos sociales consideran que el elemento de la identidad asumida ó reconocida por el individuo es el paso anterior a la formación de la conciencia social que construye la conciencia política, ó lo que se llama el equilibrio social, así consideramos que, la mayor incomprensión ha sido generada por las políticas públicas nacionales que han postergado, este auto reconocimiento de la sociedad que ha llevado al retraso de su intervención-participación política ciudadana desde las comunidades del exterior.
4.Proyecto Político: Las comunidades pueden retomar el valor de sus capacidades, con éxito sus autonomías y libertades para la sobrevivencia y la salvaguarda del desarrollo y productividad de las sociedades que los precedieron y enriqueciendo sus presentes para los que vendrán.  
5.Proyecto Geo-político: Hacia la intercomunalidad é interculturalidad desde las naciones receptoras de la migración, formando la articulada presencia  é imagen externa de la nacionalidad viva  y propia, tomando las ventajas de las binacionalidades y contribuyendo con creatividad al trabajo, a la amistad de los pueblos en el desarrollo societario.

     POR UN GOBIERNO AUTENTICO DE LA EMIGRACION PERUANA

          POR UN VOTO RACIONAL ELECTORAL DE LA COMUNIDAD PERUANA DEL EXTERIOR

Resultados del Rally 12/14 al Jueves 10 de Marzo
Las tendencias de las encuestadoras que son privadas demuestran una gran presencia del  VOTO ESCONDIDO, pero es de alarmar la NO colaboración del 25 al 50 por ciento de la población encuestada que permite asegurar que son encuestas sin margen de credibilidad, infladas, maquilladas con efectos de preferencias mediáticas solamente.

El Segundo Debate (13.03.11) resaltó estas referencias a los temas-interés para los peruanos en el exterior:
¿Cómo evitar la fuga de talentos y qué se hará por los peruanos en el exterior?
PPK: Lo mejor que podemos hacer por los que están en el extranjero será darle mejores condiciones de trabajo en el Perú. Hay que tener un país donde haya más trabajo………(conectada a la referencia la semana pasada a hacer un departamento para los peruanos en el exterior)
21:58:10
¿Sobre temas libres?
Juliana Reymer Creará el instituto del emigrante para garantizar la defensa de derechos de peruanos en el extranjero y garantizará el voto a través del voto electrónico……..(primera referencia a los pex)
22:24:06
José Ñique: “Habrá inclusión social productiva. Vamos a hacer una constitución como la del 79, vía referendum”…………(segunda referencia por la no discriminación doméstica que nos incluye, y por la enmienda constitucional que queremos)
22:30:02
Rafael Belaunde: “Lo que tenemos que hacer para evitar estas discusiones bizantinas y absurdas y este rosario de promesas que no se pueden cumplir, tenemos que hacer de los ciudadanos verdaderos ciudadanos”……………(referencia  insistente en el tema de la ciudadanía plena).H
Al término del debate:
Renuncia de Rodriguez Cuadros: (Consideramos importantísimos  sus razonamientos que van a marcar una inflexión en la ética del proceso): Por la injusticia que le representa  el futuro debate restrictivo a cinco de los candidatos presidenciables y por la falta de equidad con los otros candidatos emergentes desde el JNE, especialmente del desequilibrio al acceso de exposición pública, donde la “franja electoral” se convierte en una herramienta marginal ante los millonarios financiamientos, con ausencia de condiciones democráticas, presenta su renuncia irrevocable. Señala que vista la “procacidad” del discurso y el nivel de exclusión harán elecciones libres pero no justas.(al viernes 18).
Reymer también protestará al respecto del tercer debate ante los organismos internacionales.
Belaúnde expresa que el debate no es de fondos sino de ideas y de la violación constitucional al trato igualitario ó de equidad.

ESTADO DE LAS CONDICIONES ELECTORALES
DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL PERUANO EN EL EXTERIOR


Posicionamiento: Felicitamos a los candidatos y partidos emergentes que hacen la lucha por hacer valer su derecho frente a un pacto privado, auspiciado por la presencia del corporativo de la encuestadora (que estorba, perturba y rompe el esquema de juego limpio para la elección) Proética, misma Transparencia, Ipsos Apoyo, que hace un debate restringido a la mitad de los candidatos. Esta encuestadora y otras son las responsables de aumentar la indefinición, de jugar con la democracia de número, que por sí sola hace agua en altamar. No hay validez para el proceso si desde la propia autoridad JNE se inhibe, trastoca y traiciona el espíritu de una democracia que aunque débil, puede apoyarse por lo menos en lo que la ley en referencia mandata.

Aquí pues, se da el quiebre de la inestable condición democrática del sistema electoral, pues el JNE admite esta práctica como a derecho, siendo que justamente viola los principios de igualdad con oportunidades para los contendientes, y la seguridad institucional de los contendientes quienes se ven desde ahora compelidos a dejar los capitales políticos de los líderes. 

Se trata de la intencionada movida de favorecer a candidatos para empresarios del régimen, en busca de conseguir imagen ó definirla ó administrarla hacia arriba ó hacia abajo, y presionar hacia la derecha y a la izquierda, violando los esquemas y cerrar el rango de los participantes:
1.    Keiko-Pragmatismo Económico-Centro
2.    Toledo-En busca de sus metas cuantitativas inconclusas en su primer gobierno-Centro
3.    PPK-Combate a la pobreza-gama completa de la Derecha-Centro
4.    Castañeda-Oportunidades-Centro
5.    Humala-Se ha colocado en el centro y como “factótum”, esta haciendo girar las premisas de los cálculos razonables. Todos los votos adicionales de los indecisos estan agregándosele fácilmente. No esta en el papel de la izquierda propiamente dicha. Centro

Hay un margen de escondidos y de indecisos que aparentemente inflará a los candidatos llamados fijos y fuertes y hasta en dos semanas se podrá ver si es viable una predicción posible porque debe achicarse el margen de los indecisos, que en esta y en dos elecciones anteriores fueron los que definieron la elección. Aquí los  peruanos en el exterior se vuelven imprescindibles.



Considerando hay un VOTO ESCONDIDO en todas las encuestas (20 al 50%), que estan apareciendo gradualmente junto con el manoseo del VOTO INFLADO de los diversos encuestólogos y de la manipulación política evidente (que no desean ser fiscalizados en su veracidad), y que éstos votos corrompen el ejercicio de las libertades de la información cabal de las condiciones presentes de las tendencias reales, y que asimismo, se desprenden de la desconfianza certera del electorado sobre su clase política, de la descomposición del régimen y de su democracia disfuncional, hay una manera de repensarlos y de auxiliarse para sancionar o adherir un VOTO RACIONAL, con el objetivo de disuadir la probable “defraudación” electoral superviniente:

VOTOS RACIONALES: CAPACES, INFORMADOS, CERTEROS  Y BLINDADOS
Son los votos que analizamos y calificamos como VOTOS DE MAXIMO CAPITAL ELECTORAL QUE REDUNDE EN MINIMO DAÑO, MÍNIMO ENGAÑO, MÍNIMA DUDA.
EL  VOTO CERTERO NUESTRO por sus características reales de una vocación ó de una estricta necesidad.  SON VOTOS DE CONTRAPESO Y DE EFECTO.

Aún así, y descontando por exclusión, sabemos que en el ambiente existen estos tipos de votos, que podríamos describir é identificar:
1.     VOTOS DUROS (depende de la línea de visión de partido, de bloque ó conjunto),
2.     VOTOS PUENTES (de confianza personal al discurso llano ofrecido y su relación directa con el perfil público del candidato-no siempre referido totalmente a su línea partidaria),
3.     VOTOS TECNICOS(directos por la obviedad de su interés en el tema aludido)
4.     VOTOS DOMESTICOS(los del miedo, sin pensamiento y por imitación de su círculo familiar ó social ó de trabajo ó de estudio)
5.     VOTOS ÚTILES (no racionales, impensados, de ingenuidad, incondicionales,  irresponsables, conocido como “el que vota hasta por el perro” si lo condicionan)
6.     VOTOS  BLANCOS (no racionales, sirven para ayudar a los fraudes)

Nosotros nos remitimos y convalidamos los mismos resultados desde Rally 5/14:

VOTO DE ADHESION A LOS OUTSIDERS: a favor de las candidaturas emergentes de nuevos partidos ó de los que nunca han sido gobierno.

VOTO DE CASTIGO A LAS CANDIDATURAS presidenciables o congresales, de exfuncionarios públicos ó de congresistas que no cumplieron con las comunidades del exterior.

VOTO A FAVOR DE AUTENTICOS PEX en las candidaturas congresales por Lima, que se han constituido con esa visión definida a pesar de no haber la estructura directa para representarnos en región ó en organismo, pero SI con una política de posicionamiento y programación partidaria anticipada y NO como asignación extra de último momento, para rellenar las parlamentarias o de postergación obligada, por común especulación excedida.  Agregamos a Huanacune en razón de su trabajo de vinculación de nuestra expresión con su revista electrónica Generacción.
David Wong #17 (Fuerza 2011), Guillermo Gonzales #11(Peru Posible), Jorge Farfan #14 (APRA). Para Parlamento Andino: Francisco Huanacune #17 (APRA)
FIN DEL RALLY

SOBRE LOS PRELIMINARES A LOS DIALOGOS DEL BICENTENARIO PERUANO

Invitamos a leer fuentes noticiosas de la red que elegimos para provocar su interés:
AULA INTERCULTURAL- Ser Extranjero
 BLOG DE HUGO- Cáceres y G. Prada P
PENSAMIENTO PERUANO-BICENTENARIO
Ciudad de México, Lunes 21 de Marzo del 2011
Los firmantes de la Alianza Peruana de Cooperación y de la Fundación Humanus, se identificaron al inicio del documento


MACHU PICCHU EN EL IMAGINARIO NACIONAL PERUANO

Machu Picchu en el imaginario nacional peruano.
Dra. Gaya Makaran
CIALC-UNAM

Introducción
Permítanme que empiece, citando unas opiniones anónimas sobre la identidad peruana encontradas en internet en los foros peruanos:

Los peruanos estamos formando una identidad y generando autoestima que nunca tuvimos en base a motivos que son de orgullo: Nos enorgullece nuestra gastronomía cada vez más reconocida; nos enorgullece nuestro maravilloso Machu Picchu; nos enorgullece el éxito de nuestros compatriotas.

Nunca borraré de mi memoria el momento en que Machu Picchu fue proclamada como una Nueva Maravilla Mundial en julio del año pasado (7 de julio de 2007).1 Todos vimos la escena del alcalde de Machu Picchu. Pueblo ataviado con trajes indígenas recibiendo la condecoración en nombre de los peruanos. Y nos sentimos felices y orgullosos.

Ser peruano es… llevar en el alma grabada la grandeza de nuestra cultura milenaria y la pasión del que construye y avanza ante las dificultades, es llevar con humildad la soberbia del Inca ante las inclemencias de la naturaleza y dominarla. Ser peruano es… rebelarse como Túpac Amaru.

Es indudable que en nuestro pasado autóctono están las mayores fuentes del orgullo y la identidad nacional. En nuestra historia están las raíces grandes y profundas del árbol frondoso que llamamos peruanidad.


Estas citas reflejan una obviedad, las ruinas de Machu Picchu, como también todo el legado prehispánico, constituye hoy en día uno de los símbolos de la peruanidad y un punto de referencia identitaria y del orgullo nacional. Junto al pisco, ceviche y la llama, el Machu Picchu es peruano por excelencia, sobre todo en la imagen estereotipada y un poco kitsch lanzada al mercado turístico. Me gustaría reflexionar un poco más sobre la importancia de los símbolos precolombinos en el imaginario nacional peruano, ver el uso instrumental de este legado en la construcción de una identidad nacional peruana, compartida por la mayoría. Me parece indispensable reflexionar sobre el tema, para no quedarnos con la creencia en la inmutabilidad de la identidad e imaginario nacional, más allá del esencialismo del discurso nacionalista. Porque, aunque resultara difícil de creer, las obviedades de hoy no lo eran hace un siglo, ni lo son todavía en muchos lugares y para muchos habitantes del territorio peruano.

El Onceño. El indigenismo y el nacionalismo.
Mientras se iba el siglo XIX, Perú, como muchos otros países latinoamericanos, vivía una verdadera introspección a fin de descubrir el porqué de su fracaso nacional. El detonante del desconcierto y del derrumbe de los paradigmas hasta entonces incuestionables, fue la pérdida de Perú con Chile en la Guerra del Pacífico en 1883. La debilidad del viejo régimen aristocrático quedó en descubierto, la necesidad del cambio parecía apremiante. Los pensadores como Gonzalo Prada quien ponía en duda la existencia de la nación peruana, diciendo: el Perú no es una nación es un territorio habitado, y posteriormente Carlos Mariátegui o Víctor Raúl Haya de la Torre, críticos duros del Estado peruano y sus élites, intentaban abrir los ojos de la sociedad limeña a la cruda realidad de la sierra bajo el poder gamonal, indicando que las causas de la crisis nacional se encuentran en las políticas frente al indio andino. De hecho, difícil era de imaginar una comunidad nacional moderna, donde la mayoría población vivía en condiciones semi-serviles, inconsciente de la existencia de tal Perú. Qué sea un ejemplo de la gravedad de la situación lo acontecido durante la Guerra del Pacífico, donde los soldados indios pensaban que era un conflicto entre dos generales: uno Perú y el otro Chile, y no entre los países.
A este-auto examen peruano se sumaron las tendencias modernizadoras y contestadoras que recorrían el continente latinoamericano. Las recién llegadas “modas” europeas como el socialismo, marxismo, sindicalismo o anarquismo, empezaron a fecundar los cerebros de los jóvenes intelectuales latinoamericanos, las revoluciones: la mexicana y la rusa, despertaron la imaginación e invitaron a seguir su ejemplo, el movimiento estudiantil iniciado en Córdoba (Argentina) incendiaba las conciencias también en Perú. Uno, tras otro, surgen en América Latina gobiernos populistas con programas de apostar en lo suyo, típico, nacional, patriótico.
Así empieza la era de nacionalismos, cuyo auge observamos en Perú durante el así llamado Onceño (1919-1930) del presidente Leguía y posteriormente durante los gobiernos del Gral. Juan Velasco Alvarado (1968-75). Nacionalismos que por primera vez en la historia peruana emprendieron, con mejores o peores resultados, la tarea de la construcción nacional basada en una nueva identidad, integradora e homogenizadora. Esta tarea de moldear a un nuevo ser peruano, universal, único y compartido por todos los habitantes de la República, exigía un nuevo imaginario nacional, un nuevo mito fundador y un nuevo discurso que legitimara la existencia del estado como tal. Frente a la necesidad de incorporar simbólicamente al indio en la autopercepción nacional peruana, surge la quimera del pasado incaico y el presente mestizo, donde todos los peruanos a fin de recuperar sus raíces se convierten en descendientes del Inca que lograron su libertad luchando contra la tiranía española. O ironía, los verdaderos herederos del Inca, quedan excluidos de esta nueva comunidad nacional por ser “retrasados” y “arcaicos”, a menos que se “integren”, dejando sus culturas por la oficial, la única reconocida desde el Estado.
El debate de los años 20-30
Veamos con más detalle aquella discusión sobre el porvenir nacional. Antes que nada hay que ver el contexto social e histórico en el que se encontraba Perú de las primeras décadas del siglo XX. ¿Qué condiciones prevalecían y cuales impedían la construcción de una comunidad nacional? En la literatura dedicada a la problemática de nación y nacionalismo se suele mencionar, aunque con muchas controversias, una serie de criterios que a la vez son factores constitutivos que indican el grado en que han avanzado los procesos de integración nacional en una colectividad. Uno de ellos es el territorio nacional común que resulta del ensanchamiento del sentimiento primario hacia la región (la patria chica) a la identificación con la totalidad del territorio nacional (patria ideológica), incluye su estabilidad (evolución de fronteras), condiciones geográficas (facilidad de comunicación) y cuestiones de asentamiento (población más o menos proporcional). En Perú las marcadas diferencias geográficas, climatológicas y poblacionales entre las regiones (división entre la Costa, Sierra y Selva, donde la última casi despoblada) resultaban difíciles de superar dada la escasez de vías de transporte. Por eso no sorprende que una de las primeras medidas del presidente Leguía en su tarea de modernización y construcción nacional, era la construcción de la red de caminos que iban a conectar las regiones entre sí. Otro criterio importante es la convicción sobre el origen común del grupo asentado sobre el territorio nacional, cuyas raíces se buscan a menudo en la unidad de sangre (también “sangre mestiza”), en la comunidad de procedencia étnica, muchas veces mítica. La creencia en el origen común encuentra su continuación en la historia común, entendida como experiencias compartidas. Juega aquí un papel especial el culto de los héroes, triunfos y derrotas nacionales. En el caso peruano, sería difícil calificar como común la tradición histórica de los dos grupos predominantes, es decir los indígenas y los criollos, más bien son dos distintas tradiciones históricas. Por lo cual, en el caso latinoamericano y particularmente peruano por falta de tal origen habría que inventarlo, manipulando acontecimientos históricos. Frente a este problema, el mestizo surge como una figura discursiva e ideológica, como una encarnación del espíritu nacional, siendo en teoría un punto de encuentro entre estas dos tradiciones no sólo distintas, sino también confrontadas. En teoría, digo, pues en la práctica lo mestizo deseado y promovido por sus ideólogos se situaba más en el espacio simbólico del criollo que del indígena, conservando de este último tan sólo rasgos superficiales, raciales y folclóricos. Otro factor constitutivo de la nacionalidad es la “cultura nacional” que son los usos y costumbres, el arte, la religión con las normas morales que propaga, el sistema de valores o el modo de percepción del mundo. El papel esencial tiene aquí el idioma, comprendido no sólo como un medio de comunicación, sino sobre todo depositario de cierta cosmovisión compartida y una herramienta de relativa homogenización del grupo. El idioma es también una herramienta necesaria para el desarrollo de una literatura nacional que propaga la tradición histórica (culto a los héroes) y el sistema de valores. La difusión de la “cultura nacional” depende de la educación cuya tarea existe en incorporar a los habitantes de un país en esta cultura común. Encontramos diferentes maneras de concebir la cultura común, según el discurso nacionalista homogeneizante, se trata de una cultura única, homogénea. Según las recientes teorías de pluri: plurinacional, pluricultural, etc. esta cultura compartida puede agrupar muchas culturas sin reducirlas a una mescla homogénea. En Perú de las primeras décadas del siglo XX no encontramos tal cosa. La cultura nacional en realidad es tan sólo cultura de un grupo criollo limitado, la cultura de élite no compartida por la mayoría de la sociedad. La diversidad cultural y lingüística de Perú que no había sido incorporada en esta cultura oficial criolla y la falta del sistema de educación eficiente, impedían la construcción de un imaginario cultural común. Otro de los factores importantes para el proceso de formación nacional es un sistema económico común que crea un marco para la actividad económica de la colectividad. En el Perú existían varios tipos de producción, al lado de empresas capitalistas existían las comunidades indígenas con el sistema colectivista. Los sectores de la economía nacional parecían tener poca conexión entre sí y la falta de movilidad social (los indios semi-esclavos en las haciendas) petrificaba la estructura social- profesional de la sociedad peruana. Por fin, tenemos el factor de conciencia nacional, es decir la percepción de su grupo como distinto de los demás, la solidaridad y la voluntad de formar parte de él. La conciencia de participación lleva a la identificación con las victorias y derrotas comunes y la elaboración de los proyectos del futuro común. Como he mencionado anteriormente tal conciencia se limitaba tal sólo al limitado grupo de la élite criolla, mientras la mayoría de la población, sobre todo indígena, no la compartía. No todos los criterios presentados tienen que ser cumplidos para que una colectividad pueda ser calificada como nación, sin embargo en el caso peruano el análisis de cada uno de estos factores acusa la existencia de divisiones profundas entre la sociedad criolla y la indígena.
En este contexto surge la discusión acerca de la condición del Estado-nación peruano y propuestas de su construcción. Citando tras Víctor Andrés Belaúnde, uno de los intelectuales de aquellos tiempos, “Hay indudablemente una intensa afirmación nacionalista en el Perú en estos momentos. Vivo entusiasmo despierta en nosotros la acentuación de la conciencia nacional, este culto de la peruanidad al que tanto estamos dedicados estudiando nuestra geografía, investigando nuestra historia, y sobre todo, tratando de revivir y de exaltar las esencias espirituales de nuestra nacionalidad”. Los intelectuales se preocupan por como “formar el alma nacional” y “crear la conciencia colectiva”, mayoritariamente conforme la visión homogenizadora de un Estado, una nación, una cultura y una identidad nacional. G. Gallegos, otro intelectual peruano de los años 20, así define la nación: es el pasado histórico de un gran pueblo que lo funde en una unidad homogénea-idioma, educación, cultura, costumbres, mentalidad-y proyecta al porvenir en un solo destino. También Belaúnde confirma que la comunidad nacional sólo lo es si sus miembros tienen “ideas comunes, sintónicas, uniformes, cuando siguen las mismas orientaciones y experimentan un mismo impulso colectivo”. Aunque el diagnóstico de la falta de conciencia e identidad nacional parecía ser común para todas las corrientes ideológicas y políticas del momento, el remedio ya difería considerablemente. Simplificando, podemos dividir las posturas existentes en por lo menos tres:
Los hispanistas conservadores que pretendían formar la nación a base de la tradición colonial y la cultura española, de hecho la conquista para ellos fue el momento decisivo en la formación del Perú. Al mismo tiempo, rechazan lo indígena como poco civilizado y condenado a la próxima desaparición. Aquí la tarea del Estado sería acelerar la desaparición y/o aculturación del indio integrado a la sociedad criolla. Así, por ejemplo, Belaúnde afirma que el espíritu de la peruanidad es occidental, moderno, cristiano y latino. Esta postura encontraba sus duros críticos entre las nuevas generaciones de intelectuales ansiosos de cambio y reconstrucción profunda del país, uno de ellos Mariátegui decía: Para este nacionalismo reaccionario, las raíces de la nacionalidad resultan ser hispánicas y latinas. El Perú no desciende del Inkario autóctono, desciende del imperio extranjero que le impuso hace cuatro siglos su ley, su confesión, su idioma… En oposición a este espíritu la vanguardia propugna la reconstrucción peruana a base de indio. La nueva generación reivindica nuestro verdadero pasado y nuestra verdadera historia”
El segundo grupo, los indigenistas moderados veían la necesidad del cambio y pretendían recuperar para la cultura nacional lo indígena, sobre todo andino, sin embargo, sin rechazar el legado hispano. Postulaban una síntesis de las dos culturas, a fin de crear una cultura nacional común, mestiza. Como ya he mencionado anteriormente, la integración del elemento indio debía ser subordinada al elemento occidental, considerado moderno. Aquí un ejemplo de Riva Agüero quien afirmando Para mí y los que como yo piensan, la peruanidad consiste en el legítimo cruzamiento de lo español con lo indígena, aclaraba: Físicamente muchos de nosotros y espiritualmente descendemos de la civilización europea que España nos trajo. La mencionada integración del indio, en realidad significaba su progresiva desaparición en una síntesis o mescla desigual, con el papel privilegiado de la matriz civilizatoria hispana. Uno de los indianistas moderados, Romero decía: La vibración vital de nuestro ser es española, pero tenemos el patrimonio espiritual indígena inalienable e imprescriptible. Por este último tenemos hondas raíces en el pasado, pero por las palpitaciones hispánicas, somos presente vivo y fecundo. En esta cita destaca la opinión que el mundo criollo tenía de lo indio: es un pasado que puede servirnos para justificar nuestra existencia como nación, sin embargo el presente vivo y el futuro es la cultura hispánica. El gobierno del presidente Leguía era la encarnación de este espíritu indigenista moderado que en las políticas concretas promovía la terea de “civilizar al indio” a través de la educación, infraestructura, acceso al salud y programas de higiene o alimentación. No se atrevió, sin embargo, terminar con el régimen semi-feudal del gamonalismo andino, a través de la reforma agraria, medida que sí podría verdaderamente cambiar la situación del indio, integrándolo a la comunidad nacional.
El tercer grupo, podemos llamarlo los indigenistas radicales, entre ellos podemos ubicar también a los socialistas y apristas, aunque tenían varias diferencias con el enfoque culturalista de los primeros. Rechazaban el legado español como base de la peruanidad y destacando la importancia del indio andino, no pocas veces subrayando la su superioridad racial y cultural. Según ellos, la reivindicación de los derechos para la Sierra india y del reconocimiento del pasado incaico no significa una restauración utópica, sino una reintegración espiritual de la historia y de la patria peruana. Así por ejemplo, Luis Eduardo Valcárcel considera al indio la base de la peruanidad presente y futura, mientras que la cultura latina moderna tiene que adaptarse a lo indio y no al revés. El indio es el cimiento de nuestra nacionalidad en formación decía Mariátegui. Este grupo ve en el indio no sólo el pasado, sino sobre todo un futuro revolucionario. Según ellos, la redención del indio, su liberación a través de la rebelión en contra del régimen político y económico peruano, conllevará a la construcción del Perú mejor, basado el nuevo sistema en la tradición comunitaria indígena. La aversión hacia lo extranjero compartida por la mayoría de indigenistas radicales (Valcárcel y la “Europa decadente”) no significa el rechazo de toda la experiencia extranjera. Mariátegui indica la necesidad de adaptarla al suelo peruano en vez de simplemente copiarla. También los apristas destacan lo indio como el elemento clave de la identidad americana: V.R. Haya de la Torre No nos avergoncemos de llamarnos indoamericanos. Reconozcamos que en el corazón de nuestro continente, como en el corazón de cada uno de sus habitantes, está el Indio… El indio está impreso en nosotros hasta en la entonación con que hablamos nuestro idioma.

Lo que salta ala vista en las reflexiones de los intelectuales y políticos peruanos sobre los fenómenos de nación y de peruanidad es su relación estrecha con el así llamado problema indígena. La clave para la construcción nacional estaría en solucionar el “problema” y para esto se elaboraron múltiples y diversas propuestas que podemos organizar en dos grupos: hacia un Perú criollo-mestizo y hacia un Perú indio.
En cuanto al primero: La homogeneidad peruana, cuya base iba a ser el modelo occidental podría lograrse por dos caminos: la eliminación o la incorporación de la población indígenas. A pesar de la existencia de algunas voces que buscaban la solución del problema nacional en el exterminio físico de los indios, la mayoría proponía su disolución en el seno de la sociedad criolla a través de los procesos del mestizaje. La propuesta del mestizaje sale de todas las corrientes políticas, de derecha a izquierda. La idea de “cruzamiento de la raza indígena con las razas superiores extranjeras” (blanquemiento) tiene partidarios entre los de derecha liberal (Deustua, García Calderón), los indigenistas (Ponce de León) y APRA, cuyo miembro L.A: Sánchez ofrece una mirada casi zoológica: El problema es mestizar, Las mejores vacas son mestizas”. Además de este mestizaje estrictamente biológico se propone la construcción de una cultura y una historia nacional mestiza que incorpore las culturas y el pasado indígena. Todos estos planteamientos se caracterizaban por su postura paternalista y tutelar hacia el indio, donde la reivindicación del indio por él y para el mismo, se veía como un absurdo social grave, poco imaginable ni deseable. Se trataba de la incorporación del indio a la nación, creada sin él y contra él por los criollos según el modelo occidental, gozando de ciertos derechos y hasta protección, pero sólo del marco determinado por aquellos, sin que tengan influencia en la forma de esta nación.
El segundo de los proyectos promovido sobre todo por los indigenistas radicales que señalan la cultura indígena como base de la identidad peruana por crear, representa una minoría muy reducida. Valcárcel considera que lo indígena da la continuidad a la historia peruana, mientras que la conquista fue tan solo un episodio, un factor accidental. Les atribuye a los blancos sólo la mala voluntad y destrucción y se pronuncia en contra de la occidentalización del indio, admitiendo la incorporación tan sólo algunos aportes culturales y técnicos extranjeros. Se opone a los proyectos de aculturación e incorporación del indio Podemos decir que es el precursor del indianismo actual que postula la “redención” o liberación del indio por sí mismo. Hay que subrayar que para Valcárcel y muchos otros indigenistas radicales por ejemplo Uriel García, el indio elogiado no era el indio real, realmente existente, sino un indio utópico, un “nuevo indio”, como lo llamaban”, un ideal por crear. En la tarea de resucitarlo culturalmente y socialmente podría contar con la ayuda de los intelectuales indigenistas.
A pesar de la multitud de los proyectos nacionales propuestos en los años 20 ninguno tomó forma de un programa acabado y nunca se emprendió su ejecución sistemática. Las élites peruanas no llegaron todavía a aceptar las diferencias étnicas, pero su nueva actitud “nacionalista” les permitía verlas no como un antagonismo insuperable, sino un conflicto que puede y debe ser tratado dentro del marco de la nación. La inquietud nacionalista e indigenista regresó con una nueva energía en los años 50, recuperando las ideas y propuestas inconclusas de los años 20 y alcanzó su cúspide durante los gobiernos del General. Antonio Velasco. Esta vez a la discusión teórica se unieron los esfuerzos concretos, como la nacionalización del sector petrolero, la reforma agraria, la reforma educativa que previó entre otros una educación bilingüe para los indígenas. En 1975 se oficializó incluso el quechua como lengua oficial junto al castellano, aunque esta ley casi no fue puesta en práctica. El renacimiento del debate nacional de los años 20, 30 años mas tarde se debe a los cambios profundos experimentados por la sociedad peruana, entre otros la migración del campo a las ciudades que transformó las identidades, culturas, economías y la vida política. Para ilustrar la oposición de la élite criolla conservadora ante este fenómeno menciono que ante la amenaza de una avalancha india en las ciudades, el senador conservador Luis Faura propuso un sistema de control policial para frenar el ingreso. El más radical era el diputado de Cuzco Manuel Jesús Gamarra que proponía castrar a los indios para eliminar su presunto lastre biológico. Estas posturas conservadoras chocaban con nuevas generaciones de intelectuales que sentían un profundo desdén por la mitología historiográfica oficial. A partir de los años 50 la canción popular andina, el arte andino, los nuevos discursos sobre la peruanidad fracturan la hegemonía de los intelectuales criollos y sus códigos culturales. Para descubrir una nueva identidad nacional se busca en las identidades regionales. Se recuperan y vuelven a la moda los textos de los años 20, de Mariátegui, Valcárcel, Haya de la Torre, Cesar Vallejo, José María Arguedas. Parecía que también los grupos de poder necesitaban apoyarse en la nueva intelectualidad para modernizar sus proyectos políticos. El pasado incaico vuelve a penetrar los discursos nacionalistas en un nuevo esfuerzo de construcción de una cultura nacional.
La arqueología se convierte en una herramienta de reconstrucción de aquel pasado deseable y contribuye considerablemente en el despertar de la sensibilidad por lo andino mediante el re-descubrimiento del arte prehispánico. El “descubrimiento” de Machu Picchu en 1911 por Hiram Bingham y su posterior exploración, se inscribieron en el espíritu de la época y alimentaron las tendencias indigenistas tanto de los años 20 como las posteriores. Veamos rápido la historia de relaciones entre Machu Picchu que simbolizará el arte y la cultura prehispánica en general, y la sociedad peruana.
La quebrada de Picchu, ubicada a medio camino entre los Andes y la floresta amazónica, en realidad nunca ha sido descubierta, puesto que nunca se ha perdido. De hecho, después de la conquista española Machu Picchu habría seguido habitada y fue considerada una población tributaria de la encomienda española de Ollantaytambo. Eso no necesariamente significa que los españoles visitaran Machu Picchu con frecuencia; de hecho, sabemos que el tributo de Picchu era entregado a los españoles una vez por año en el pueblo de Ollantaytambo, y no "recogido" localmente. De todas maneras, está claro que los españoles sabían del lugar, aunque no hay indicios de que apreciaran su importancia pasada. Tras la caída del reino de Vilcabamba en 1572 y la consolidación del poder español en los Andes Centrales, Machu Picchu se volvió un lugar remoto, alejado de los nuevos caminos y ejes económicos del Perú. La región fue prácticamente ignorada por el régimen colonial que no mandó edificar templos cristianos ni administró poblado alguno en la zona, y posteriormente republicano, aunque no por el hombre andino. A finales del siglo XIX observamos el aumento del interés por parte de los investigadores extranjeros: europeos y norteamericanos por la zona, que recogen los testimonios de indios locales sobre la existencia de una misteriosa ciudad inca escondida en la selva. Sin embargo, la élite peruana sigue sin ponerle mucha atención al legado prehispánico, empeñada en imitación ciega del occidente.
El, así llamado “descubridor de Machu Picchu, Hiram Bingham, encontró a dos familias de campesinos viviendo allí, quienes usaban los andenes del sur de las ruinas para cultivar y bebían el agua de un canal inca que aún funcionaba y que traía agua de un manantial. Podemos decir, entonces que si Machu Picchu fue descubierta, lo fue tan sólo para la sociedad criolla que había descuidado su importancia y olvidado su existencia, pero para los habitantes locales, indios quechua, seguía existiendo, convirtiéndose a menudo en un símbolo de la grandeza pasada.
Bingham dirigió trabajos arqueológicos en Machu Picchu en 1912 hasta 1915. La "vida pública" de Machu Picchu empieza en 1913 con la publicación de todo ello en un artículo en la revista de la National Geographic. Pero es a partir de la segunda mitad de los años 20 cuando Perú realmente se fija en la futura maravilla del mundo. Fue el trabajo de Martín Chambi, un emblemático fotógrafo cuzqueño de origen quechua, que llamó la atención de la sociedad peruana. Las fotografías de las ruinas de Picchu, tomadas entre 1924 y 1928 fueron publicadas en diferentes revistas peruanas, masificando el interés local sobre las ruinas y con el tiempo convirtiéndolas en un símbolo nacional. La belleza y lo monumental de la “ciudad perdida” servían muy bien para sustentar las teorías indigenistas sobre la grandeza pasada del imperio Incaico y constituían un perfecto punto de partida a las construcciones de un imaginario nacional, donde los peruanos mestizos eran descendientes del imperio inca glorioso.
Con el transcurrir de las décadas, y especialmente desde la apertura en 1948 de una vía carrozable que ascendía la cuesta de la montaña hasta las ruinas desde la estación de tren, Machu Picchu se convirtió en el principal destino turístico de Perú. En los años 50, crece el interés el folclore andino como base para el nuevo nacionalismo peruano, y Machu Picchu se convierte en el tema preferido del cine documental peruano de corte indigenista (Franklin Urteaga con su película “Machu Picchu”. Manuel Chambi en 1962). La ola nacionalista de los años 60-70, más la coyuntura mundial y la nueva moda del “turismo exótico”, y de lo étnico a partir de los 80, sucesivamente convirtieron Machu Picchu en lo que es hoy en día, el emblema de la peruanidad.
Quiero terminar como he empezado, con una cita anónima, que refleja la complejidad del papel de Machu Picchu y el legado precolombino en el imaginario nacional peruano y que debería hacernos reflexionar acerca de la postura de la cultura llamada nacional hacia el indio viviente. A lo mejor veremos que todavía falta mucho para que la peruanidad, tan orgullosamente inca, sea más incluyente y respetable frente a la diversidad y alteridad existente en el territorio peruano:
Vivimos en una tierra privilegiada por sus paisajes naturales y su riqueza cultural. Machupicchu, es uno de los destinos más soñados por los turistas de todo el Orbe. Hay peruanos que dicen sentirse orgullosos de lo que hicieron los incas, pero desprecian a los que hablan quechua, se burlan de los huaynos y nunca comen un olluquito con charqui, porque dicen que es comida para serranos.













1 Esta votación fue apoyada por el gobierno de Alan García Pérez, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y el del sector Turismo; esta difusión tuvo sus frutos en una gran participación del pueblo peruano en su conjunto y también en el ámbito internacional.[91] Al conocerse los resultados, el presidente Alan García declaró por decreto supremo, el 7 de julio como "Día del Santuario histórico de Machu Picchu", para recordar la importancia del santuario para el mundo, reconocer la participación del pueblo peruano en la votación y promover el turismo.