martes, 21 de enero de 2014

LAS DIASPORAS EN LA CIUDAD DE MEXICO

LAS DIASPORAS-ficha técnica para opinión sobre programa SEDEREC
LA DIASPORA NO NACIONAL O COMUNIDADES NACIONALES EXTRATERRITORIALES, SON UNA CATEGORIA SOCIAL, QUE GENERALMENTE REFIERE AL GRUPO DEMOGRÁFICO DE NO NACIONALES RESIDIENDO EN UN PAIS.
LA DIASPORA INTERNA COMPRENDE AL FENOMENO DE LOS EMIGRADOS DE SU CIUDAD Ó ESTADO DE ORIGEN A OTRO, EN LA MISMA NACION.
SOBRE LA DIASPORA NO NACIONAL: (se referirá como la diáspora en general)
Su naturaleza migratoria comprende a diversidad de indicativos ó denominaciones de la gama completa de la población y de ciudadanías migrantes:
1.    DE SALIDA,
2.    EN TRANSITO,
3.    EN RESIDENCIA FORMAL,
4.    EN EXILIO O REFUGIO,
5.    EN RETORNO CIRCULAR,
6.    DE BINACIONALIDAD,
7.    DE LOS SUSPENDIDOS DE LA CIUDADANIA POLITICA COMO LOS SENTENCIADOS EN EL EXTERIOR,
8.    DE LOS RETENIDOS EN LOS ALOJAMIENTOS MIGRATORIOS PARA EXPULSION POR IRREGULARIDAD ADMINISTRATIVA,
9.    HASTA LOS PEX DE CUARTA O QUINTA GENERACION
Las circunstancias en las que vive una diáspora son la invisibilidad, la fragmentación, la dispersión y la falta de articulación social, al tiempo que  vive la complejidad de la adecuación, adaptación y comprensión constante a la nueva y cambiante realidad en la que reside ó transita:
En México hay el análisis  del tema del “extranjero”, reduciéndolo a sus expresiones folklóricas del dia patrio ó del dia religioso del santo patrón, olvidándose del verdadero valor cultural y de representación social viva de  simbiosis y aculturación que detenta el casi un millón de extranjeros de formal residencia, sólo por referirnos a la población registrada en los servicios migratorios oficiales.  O de reducirlo sesgadamente a la problemática del tránsito irregular fronterizo, que es masivo pero que corresponde a la asistencia humanitaria de un problema de índole regional y global, por los transeúntes de la pobreza económica, generalmente de los países que usan a México como puente para llegar a los EUA. El sector de la migración de estudiantes, de empresarios, de académicos, de técnicos, de especialistas y trabajadores independientes que radican temporariamente también forman parte de la diáspora extranjera ó internacional en México.
Este es un tema de autoreconocimiento de la propia diáspora y de reconocimiento pendiente desde la oficialidad.
No sólo somos ciudadanos de admisión fronteriza, reducidos a cifras estadísticas, sino de vida y dinámica sensible que interviene en todos los campos de actividad en el trabajo, educación, religión, política no nacional y civilidad multifacética y pluricultural, que conviene en  admitir un bajo perfil dado el marco histórico y jurídico que pone en desventaja en los derechos políticos a todas las ciudadanías extranjeras por igual, y así sucesivamente,  condicionando incluso las propias naturalizaciones como ciudadanías que en la práctica, son extracondicionadas ó restringidas en lo laboral, como de segundo orden por desventaja frente a los nacidos en la nación, por citar un ejemplo, en la titularidad de los puestos de trabajo.
Las condiciones de las diásporas son de desventaja y de barrera social.
Englobados como “extranjeros”, el tema no es de materia de interés del estado de residencia, por las prioridades nacionales siempre emergentes, mas si tratamos de un país con rezagos estructurales. No hay ni políticas ni prácticas de trabajos ni de intervención, ni de mediación suya a favor de estos colectivos. Por razones de política interna el tema queda excluido a la política externa, sin serlo. Este es un tema de reconocimiento social y político del país anfitrión, toda vez que no es socializado el tema a la colectividad general, pero si al interior de las comunidades. Sea auto-reconocido por la propia diáspora ó no, depende la visibilización del tema,  de las intervenciones personales de sus integrantes.  
Si es el caso de que esta diáspora está respaldada con alguna política pública de origen, siempre se distorsiona en lo local como un tema del tipo de las relaciones exteriores, consulares ó diplomáticas, cuando en realidad es un tema de alcance local, de impacto en el contexto doméstico. La protección consular en realidad se refiere según las convenciones internacionales a una extensión del rol administrativo que se corresponde al derecho del extranjero como tal. Ningún cónsul tiene ni la facultad ni la obligación de organizar a su comunidad, ni a representarla como mandato de voto popular, situación que de modo tradicional ha sido empleada a veces por las funciones de las misiones diplomáticas como un privilegio personal, concesión laboral, ó exilio político de figuras alejadas de su propia comunidad y ello se convierte en una distorsión y obstáculo para la verdadera integración y participación de las diásporas en la ciudad.
Los programas de la ciudad, todos dirigidos a los no nacionales, por asistencia social, altruismo, humanidad, ó no, pueden ser auxiliados por la propia fuerza de sus colectivos, dada la materia conocida por experiencia propia de la diáspora. Es condición inmejorable que la propia diáspora obtenga y defina la visibilidad de los problemas y complejidades relativas a su colectivo específico.
Entre los temas de interés figuran:
Las condiciones semejantes de las diásporas mexicanas en las naciones de hospedaje, así como en lo nacional, el estado de las etnias fuera de sus  estados de origen; las políticas de reciprocidad binacionales; la ausencia de convenios laborales y de seguridad social; correspondencias y correlatos de las experiencias binacionales de las diásporas hacia la misma comunidad mexicana; representaciones formales y orgánicas de las diásporas, por sede, ciudad, pueblo ó región_ avalada o nó desde los consulados, ó desprendido de la  cultura democrática, nueva ó en ciernes, del colectivo mismo. Algunos países no tienen el avance en legitimar elecciones nacionales generales considerando el voto extranjero, y menos México. En este caso, cualquier avance a favor de las diásporas, redundará en la legitimidad de las demandas de los mexicanos en el exterior. Es una situación de impacto positivo al interior de las diásporas y hacia sus trabajos internacionales del reconocimiento de derechos. Este es un tema de mediación y de  intervención del gobierno local hacia las diásporas no nacionales, con efectos transfrontera.  A favor de sus propios connacionales en el exterior.
El trato a los no nacionales, así como el trato a las comunidades y etnias nacionales, es el trato a los derechos colectivos de los pueblos en movimiento. Las ciudadanías de dichos pueblos, son las herramientas para el trabajo social y asistencial. El paradigma de la migración cambiaría si los derechos del colectivo de pertenencia fueran contenidos en políticas de administración y buen gobierno de sus instituciones públicas y organizaciones descentralizadas. Hay una corresponsabilidad en el tratamiento posible de los problemas de los no nacionales, de parte de la nación huésped. Sin temor a las controversias por las soberanías, todas reguladas a detalle, la ciudad puede iniciar programas de beneficencia con ayuda de los mismos actores de la migración. O programas tan sofisticados como se propongan dada la iniciativa y voluntad de los colectivos de tomar lugar en la memoria colectiva de la ciudad, como aportación positiva, además de las que se comparten por personajes y personalidades no nacionales, a títulos individuales, o por la tradición de algunas asociaciones de la historia de las intervenciones como la española, francesa, y la estadounidense.
Estas son algunas desventajas y barreras sociales:
La discriminación y la estigmatización por nación, se alienta cuando se daña en lo particular a los individuos conocido que no existe respaldo social, ni política pública que ampare, defienda, conozca y visibilice las virtudes del colectivo. El vacío de la representación social, permite un desconocimiento popular de los valores civiles de las comunidades. Se promueve con ello el abandono del trato responsable de la comunidad contra el colectivo no nacional.
La diferencia del standard de vida que el no nacional encuentra en la ciudad, condiciona su estancia o no. Las ciudadanías no nacionales de países con mayores estándares en la calidad de vida, son las mas dispuestas a conformar y a participar de programas de ayuda y solidaridad. Si México tiene un standard bajo de vida, las diásporas extranjeras no siempre son las mas aventajadas, y en tanto se replica la misma situación de diferencias socioeconómicas, es motivo por el cual es una gran oportunidad para hacer intercambios de experiencias para estructurar  iniciativas internacionales  a favor de todos, transversalmente a las comunidades no nacionales y a la experiencia de la ciudad como un territorio sin fronteras, un territorio pluricultural auténtico.
Actualmente no se cuenta con una plataforma de comunicación ni de presencia de las comunidades en mención en la ciudad que promueva la interacción social y cultural viva y permanente. Tampoco la explicación directa y comunicación dedicada a las migraciones económicas masivas de lo que encontraran a su paso.  Menos la actuación propositiva de sus propios colectivos nacionales, en una situación de responsabilidad compartida. Un reconocimiento por la via de la presencia de las colectividades internacionales en la conformación de programas y sistemas de participación haría la diferencia plena, de la ciudad como modelo de interculturalidad.
El rol del estado nacional extranjero_normalmente condicionadas por las políticas asumidas por las limitantes de la función pública de su país  en el exterior; por las omisiones fundamentales de su rol de estado,  y por las tradiciones ó costumbres de tiempos pasados en los que la representación diplomática ocupaba la única y exclusiva pretendida representación posible de las comunidades en el exterior_las comunidades de extranjeros, están contenidas en su expresión, intervención, comunicación y participación. Generalmente subsumidas por asociaciones populares, grupos de interés comercial o de etiqueta religiosa ó políticas, es muy difícil contar con el propio auto-reconocimiento de la organicidad necesaria de las participaciones y de las representaciones. De modo personal se cubre el vacío de los colectivos, porque mas se conoce de integrantes que alumbran los campos profesionales, académicos, comerciales que los de una sociedad aglutinada participativa no nacional, dispuesta a contribuir en imagen, en recursos humanos y culturales. Incluso se tienen ejemplos de países con reglas migratorias xenófobas por excelencia, que tienen programas abiertos para la intervención de sus diásporas. Italia es un ejemplo. No reconoce el derecho del nacimiento de los ñiños, hijos de extranjeros, por ejemplo, pero convoca a posiciones en las alcaldías y comunas, para los trabajos de interculturalidades, con los propios actores de sus diásporas.
Por lo que :
EL ROL DE LA CIUDAD INTERCULTURAL: Las políticas nacionales y de la ciudad, preferencian o nó la siembra ó los resultados de la salud del tejido social de las comunidades extraterritoriales. Este asunto es materia de interés de voceros, personeros y líderes de las comunidades. Pero es materia de examen de las diversas formas de intervención de todas las diásporas, intracomunitariamente por supuesto.  Mas es de obligatoriedad para la ciudad que pretende un INDICE de INTERCULTURALIDAD PROPIO, integrar el tema de análisis, formular acciones y programas que permitan la intervención de los ciudadanos no nacionales y de sus comunidades en sus materia de interés. Es importante actuar DESDE LA INTERVENCION HASTA LA MEDIACION DE LA CIUDAD  a favor de sus diásporas, sin distingo, nacionales o nó.
NOTA:
ESTE ES UN ESQUEMA GENERAL DE LA NATURALEZA MIGRATORIA DE LA DIASPORA NO NACIONAL, EXTRANJERA O COMUNIDAD EXTRATERRITORIAL ASENTADA EN LA CIUDAD DE MEXICO, AL INICIO DEL 2014.



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